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A mediados de junio se inició el programa de liberación de pollos de cernícalo primilla previsto en la Acción C3. “Cría en cautividad y reforzamiento de colonias de cernícalo primilla en riesgo de desaparición”. Se eligió para ello la iglesia de San Vicente Mártir, en la ZEPA “Colonias de cernícalo primilla de San Vicente de Alcántara”, un edificio que en el pasado acogió una importante colonia, pero que desapareció por completo después de la realización de unas obras en su cubierta.

Los 50 pollos liberados tenían una edad de 18-20 días de edad y procedían del Centro de Cría de DEMA en Almendralejo (Badajoz). Durante los dos próximos años se liberarán 80 ejemplares más (40 en 2019 y otros 40 en 2020) para asegurar en mayor medida el éxito de esta acción.

Previamente se instaló un módulo de liberación en el campanario de la iglesia de San Vicente Mártir, en un lugar estratégico que impedía su visión casi desde cualquier punto y que a la vez que permanece sombreado. Se ha complementado con la colocación de 10 nidales artificiales sobre el tejado, destinados a que en un futuro sean ocupados por los ejemplares liberados.

La técnica aplicada para la liberación de los pollos se denomina “Ambiente de Colonia” y ha sido diseñada y desarrollada por DEMA en todos sus programas de liberación, tanto en España como en distintos proyectos implementados en países de Europa. (Consultar en PDF el sistema de liberación “Ambiente de Colonia).

Iglesia de San Vicente Mártir, donde se ha ubicado el módulo de liberación, sobre un rincón de la cubierta y al amparo de la tor

Iglesia de San Vicente Mártir, donde se ha ubicado el módulo de liberación, sobre un rincón de la cubierta y al amparo de la torre.

 

Detalle de la fachada en la que se observa el remate frontal de la cubierta que corona la cruz de piedra. Tras esta fachada está situado el módulo.

 

La sombra de la torre, sobre la cubierta, marca el rincón donde se ha situado el módulo de liberación.

 

Interior de la torre y ventana tapiada. Este es el espacio elegido para abrir un acceso, en la zona inferior, e instalar el módulo de liberación que irá colgado sobre la zona inferior de esta ventana.

 

Tras romper el tabique se procede a colocar un marco metálico robusto para soportar con seguridad la zona superior del tapiado y facilitar el acceso al tejado.

 

Tras la adecuación de la caja de liberación que se observa parcialmente en la zona inferior del módulo, se tapó cuidadosamente toda la ventana con malla de sombreo de color marrón, para que los pollos no perciban la presencia del cuidador que cada día les pondrá la ración de comida.

 

Tras romper el tabique se procede a colocar un marco metálico robusto para soportar con seguridad la zona superior del tapiado y facilitar el acceso al tejado.

 

El pequeño habitáculo se remató por el exterior con dos paneles para reducir la luz en el interior, proteger de viento y minimizar la presencia del cuidador.
 

El módulo de liberación y los nidales artificiales que se han colocado en las proximidades son la clave para “hacer creer” a los primillas liberados que han nacido allí. Se genera un “Ambiente de Colonia” que provoca la creación improvisada de una colonia de cernícalo primilla, un estímulo que se refuerza manteniendo a dos ejemplares adultos dentro del módulo, actuando como nodrizas y reclamo para que los pequeños se sientan como “en su propia colonia”. A veces los adultos acaban cebando a los pollos con lo que se potencia el efecto de impronta de los pequeños hacia el lugar de liberación.

 
La gran caja de liberación, situada en la zona inferior de la ventana  tiene el frontal totalmente abierto para que los pollos permanezcan en contacto visual con los adultos situados en el interior del módulo. Los adultos no pueden salir al exterior, ya que permanecen aislados en el módulo durante todo el proceso; pero sí los 50 pollos que se introdujeron con 18-20 días de edad. A esa edad ya comen solos pero no volarán hasta los 35 días. Dos semanas serán suficientes para que se adapten al enclave y fijen una impronta sobre hacia este lugar. Esto les animará a regresar el próximo mes de marzo, tras la migración invernal a África pues considerarán esta su colonia de nacimiento.
 

Alrededor del módulo hay una repisa para que los pollos puedan desplazarse los primeros días y familiarizarse con el entorno. Cuando comiencen a volar investigarán todos los recovecos situados alrededor del módulo. Por esta razón se han instalado varios nidales artificiales que visitarán rápidamente, llegando a dormir dentro de ellos y pasando las horas de más calor en su interior.

 

Varias sogas con nudos, bien sujetas en la base del módulo y sobre el tejado permitirán la escalada de los pollos que puedan caer al vacío y que les permitirá trepar enseguida a la repisa. En la base del módulo una malla colgante recogerá los excrementos, restos de comidas y egagrópilas de los adultos instalados en el interior para minimizar la suciedad sobre el tejado y evitar atascos en los bajantes.

 

Otra perspectiva desde la cumbre de la cubierta del módulo y nidos situados sobre la cubierta.

 

Foto de la torre con aumento de teleobjetivo a 100 mm en la que puede apreciarse  que el módulo pasa discretamente desapercibido tras el frontal de la fachada principal.

 

A partir de los 35 días de vida los pollos ya comienzan a volar. Se posarán sobre el tejado del módulo donde recibirán la comida diaria a través de un tubo, al igual que  en la caja de liberación.

 

Progresivamente comienzan a visitar todos los rincones del edificio y de este modo crecerán considerando que esta iglesia es el lugar donde nacieron.

 

Los nidales instalados sobre la cubierta serán visitados a menudo y entrarán una y otra vez. Cuando vuelvan el próximo año comenzarán a utilizarlos para criar.

 

Una inesperada mañana de lluvia en este raro verano les hizo poner a prueba su impecable y recién estrenado plumaje.

 

Una inesperada mañana de lluvia en este raro verano les hizo poner a prueba su impecable y recién estrenado plumaje.

 

Desde la ventana situada sobre el módulo de liberación y tras un cristal podemos observar a los pollos sin ser vistos.

 

Desde la ventana situada sobre el módulo de liberación y tras un cristal podemos observar a los pollos sin ser vistos.

 

Durante el proceso de liberación un joven macho de la población salvaje, con un año de edad visitó el módulo de liberación, atraído por efecto del “Ambiente de Colonia”. Es probable que sea un ejemplar procedente del propio casco urbano de San Vicente al menos crían dos parejas de cernícalo primilla.